LA TRAVESIA DE LA CONCHA / ISLA / ONDARRETA / FUE UNA GOZADA
Sabíamos que iba a hacer una temperatura ambiente de unos 24 grados y el cielo despejado, pero no nos esperábamos que el agua hubiera bajado por debajo de los 20 grados, 19 para ese día, según las previsiones. Nos planteamos, nada más llegar, la posibilidad de alquilar unos neoprenos para no pasar frío. Como éramos tres, íbamos a realizar la travesía esperándonos, para llegar junt@s más o menos a la vez. Lo cual suponía ir un poco más tranquil@s y detenernos de vez en cuando para reagruparnos, orientarnos, y quedar en otro punto del recorrido. Así que en el C.D. Fortuna, bajo los soportales de La Concha, nos alquilaron muy amables dos neoprenos, a Sonia y a mí, por el precio de una hora: 5 euros cada. Para Ixabel el agua estaba en su punto
Los neoprenos eran de 2 mm como máximo y muy de batalla, pero no impedían nadar a gusto, sin rigideces ni rozaduras, y meterse en el agua con ellos fue más llevadero. Una vez entramos al agua advertimos que la temperatura de ésta no era tan baja y que debía rondar los 21 grados. Pero ahora ya nada nos detenía y nadamos para dar la vuelta a la esquina de las corcheras y enfilar paralel@s a la playa y al paseo. Todavía la isla se veía lejana.
Viernes al mediodía, no había mucho tránsito en las aguas de la bahía, de nadador@s, de barcos o piragüistas.
El mar estaba tranquilo con olas pequeñas y espaciadas que hacían agradable nadar y nadamos paralelos a las corcheras ese rato con la tranquilidad de no tener que levantar la cabeza para buscar una referencia.
Cuando llegamos al final del tramo de boyas, nos dirigimos hacia la boya de la esquina de las corcheras de Ondarreta, situada visualmente desde donde estábamos, entre dos barcos.
Antes las olas venían del costado derecho, ahora venían de frente, pequeñas y divertidas, sin viento, pero había que levantar cada pocas brazadas la cabeza para no perder la alineación con la referencia. El oleaje, o el mar de fondo, aunque suaves te desplazan y desvían de tu rumbo. Una vez en las corcheras de Ondarreta decidimos ir hasta la isla por una zona en la que había espaciados pocos barcos y yates amarrados a boyas/anclas, y pasamos nadando muy cerca de un par de ellos. Y por fin pusimos los pies en la playa de la isla.
Nos quedamos un buen rato al sol, la recorrimos en parte, contemplando Donosti desde ella, agradecid@s por el calor y por el mar azul, en un día radiante.
Daba un poco de pereza volver hasta el Pico de Loro en Ondarreta, por el agua fresquita, pero la vuelta es muy corta, apenas 450 metros, con las olas a favor, que te llevan deslizándote y te acercan con cada brazada a la playa.
Y ahí terminamos la travesía, con la satisfacción de haber conseguido nuestro objetivo, y la sensación de haber disfrutado de un bonito día en otra maravillosa playa.
Bueno, esto no se acaba aquí. Pienso poner muchas páginas interesantes en el blog. Mucha información sobre nadar en aguas abiertas. Calendario de Travesías a nivel nacional. experiencias, consejos, entrenamientos y nuestra propia planificación para la temporada que viene.
Así que echar un vistazo de vez en cuando...
Saludos
